Ser verdaderamente humilde
Le pregunta a su amigo argentino:
-Oye, ¿En verdad eres tan humilde como dicen?
-¡Más!
Le pregunta a su amigo argentino:
-Oye, ¿En verdad eres tan humilde como dicen?
-¡Más!
Naces,
Creces,
Te dicen: Oye, ¡nunca cambies!
Te dicen: Oye, ¡creo que deberías cambiar!
Te dicen: Oye, ¡como has cambiado!
¡Mueres!
-¿Tú odias a la gente que cambia constantemente de opinión?
-No
-¡Yo sí!
-Bueno, ¡yo un poco también!
Están sentados a la mesa a la hora del almuerzo. El pastor que ha llegado minutos antes le pide a Benito que ore por los alimentos. El niño intenta, balbucea algunas palabras pero no le sale la oración, así que le dice a la madre:
-Mami, ¡no sé que decir!
La madre dándoselas de muy religiosa le dice a Benito:
-Benito, di esas cosas que me escuchas decir en la cocina a cada rato.
Benito cierra los ojos y dice:
-Ok. Ahí va: ¡Ay Dios mío! que no vaya a aparecer el pastor que siempre viene a comer de «gorra»
Dos «amigas» que se saludan solo por hipocresía una coja y otro bizca se encuentran. La bizca le dice a la coja:
-¡Hola querida! ¿Cómo va tu pobrecita pierna?
La otra le replica casi sin pensar:
-Así como la ves «¡Torcida!»
Yo conocí un calvo hipócrita y puse su chiste por aquí
No es hipocresía, José tiene una página como hincha del Bucaramanga aquí.
Dos «amigas» que se saludan solo por hipocresía y que no descuidan oportunidad para lanzarse indirectas en cada conversación se encuentran:
-¡Hola querida! ¿Cómo estás?
-¡Bien mi amor! ¡muy bien! ¡acabo de llegar de Londres!
Al escuchar aquellO la interlocutora siente morirse de envidia, piensa por un momento y le dice:
-¿Londres? ¡Oye qué bien! Y cuéntame, ¿son muy difíciles de fregar los pisos por allá?
¿Qué le dijo la cebolla a la cocinera?
-¡Qué hipócrita! ¡Primero me cortas y luego lloras!