Chistes para niños

Cómo jugara a las adivinanzas

La dulce niña le pide a su papá jugar un ratito a las preguntas:
-A ver papi, pregúntame si soy una jirafa.
-Oh Juanita, ¿eres una jirafa?
-Si papi, ¡soy una jirafa! Ahora pregúntame si soy una coneja.
-Oh Juanita, ¿eres una coneja?
-Tan bobo papi, ¡te acabo de decir que soy una jirafa!

Véte y no peques más

La dulce niña escuchó atenta la predicación dominical donde Jesús le dice a la pecadora mujer “¡véte y no peques más!” Eso la conmovió tanto que se quedó pensando en las Palabras que dijo el nazareno al perdonar a aquella mujer.
En la noche, cuando intentaba dormir, un zancudo entró por la ventana y se posó en el brazo de la dulce niña que al verlo picándola decidió matarlo de una palmada, pero algo la detuvo. Recordó la predicación, así que solo sopló suavemente sobre el mosquito y mientras este se alejaba le dijo:
-Vete! ¡Y no piques más!

¿No cabo o no quepo?

-Papi, ¡no cabo!
-Benito, no se dice cabo, ¡se dice quepo!
-¡Bueno al fin y al quepo me entendiste! ¿no?

La disciplina a un niño

-Benito, ¡te disciplino porque te amo!
–Si, ¡pero parece que me amas más que mis hermanos!

Bolitas para adivinar

Iba gritando por la calle Benito:
-¡A la orden! ¡Bolitas para adivinar! ¡cómprenme la bolitas para adivinar!
Un hombre se le acerca y le compra. Cuando se la va echar a la boca reacciona y le dice al niño:
-Benito! ¡pero esto es una bolita de mocos!
-¡Otro que adivina!

Salir de la ciudad en la versión del niño

La mamá le advierte a Benito:
-Pepito, si viene el cobrador dígale que estoy fuera de la ciudad.
A los pocos minutos golpean a la puerta. Es el cobrador.
-Niño, ¿su mamá está?
-No señor, salió de la casa… mejor dicho salió del barrio… mejor dicho, ¡se fue de la ciudad!
–¿Y será que se demora?
–Creo que no, ¡porque dejó una leche en la estufa!

El chiste del señor oso

Una vez iba el señor oso por el camino del bosque dando una caminata. De pronto se encontró con el conejo quien le preguntó:
-Señor oso, ¿es verdad que usted tiene una lista de sus víctimas?
-¡Sí, es verdad!-contestó el oso
–¿Y en esa lista estoy yo?- preguntó  el conejo.
-¡Sí! ¡en esa lista estás tú!- contestó resuelto el oso.
–¿Entonces me vas a comer?- Nuevamente preguntó muy tímido el conejo.
-¡Si te voy a comer!
Fue entonces cuando el oso se comió al conejo.

Siguió caminando por el bosque el señor oso cuando se encontró con el señor burro. El señor burro le preguntó al señor oso:
-Señor oso, ¿es verdad que usted tiene una lista de sus víctimas?
-¡Si es cierto!- respondió el señor oso-
–¿Y en esa lista estoy yo?- preguntó con miedo el señor burro.
-¡Si en esa lista estás tú!- contestó el señor oso.
–¿Y entonces me vas a comer?- preguntó el señor burro aún con más miedo.
-¡Si te voy a comer!- respondió el señor oso y se comió al señor burro.

Continuó por el sendero el señor oso hasta que se encontró con la señora jirafa quien al verlo se asustó mucho. La señora jirafa entonces le preguntó:
-Señor oso, ¿es verdad que usted tiene una lista de sus víctimas?
-¡Si, es verdad!- respondió el señor oso mientras se tragaba deseoso su saliva.
–¿Y en esa lista estoy yo?- preguntó con mucho miedo la señora jirafa.
-¡Si en esa lista estás tú!- contestó el oso mientras se saboreaba.
–¿Y entonces me vas a borrar de esa lista?-Preguntó con más miedo la señora jirafa.
-¡Si te voy a borrar!- respondió el señor oso. ¡Y la borró!
Fin del chiste.

¿A qué fue a la tienda?

Benito llega feliz de la tienda y le dice a su mamá:
-Mami, ya regresé de la tienda y compré lo que me pediste.
-¿Y para qué ese jabón?
-Tú me dijiste que trajera Palmolive.
-¡Pan Molido! ¡Pan molido!

Parecido a un esquimal

¿En qué se parece un esquimal a una serpentina?
–En qué el esquimal tirita de frío y la serpentina: ¡Tirita de papel!