Una vez un señor fue a una tienda de loros a comprar un loro, el vendedor lo atiende y le pregunta: buen día en que le puedo colaborar.
comprador: Señor cuanto vale ese loro, Vendedor: Ese loro cuenta cien mil pesos.
Comprador: uy esta como caro por que vale tanto?. Vendedor: Lo que pasa es que ese loro habla ingles.
Comprador: a pues claro, y ese otro loro cuanto vale. Vendedor: ese loro le cuesta trescientos mil pesos.
Comprador: uy porque tan caro?. Vendedor: lo que pasa es que ese loro es poliglota y hace otras cosas especiales.
Comprador: a pues claro, y ese otro loro que esta allá, ese que se ve viejito y acabado cuanto vale?.
Vendedor: ese loro le vale un millón de pesos.
Comprador: uy por que vale tanto, luego que tanto sabe hacer. Vendedor: ay si que pena pero ese loro a usted no le sabe hacer nada pero los demás le llaman jefe
CAMBIAR LA SEMANTICA DE ESTE CHISTE:
¡Calvo!
Le regalaron de cumpleaños un loro a un calvo. El regalo resultó desagradable pues el loro no paraba de gritarle «¡calvo!» cada vez que veía pasar a su dueño. Un día, el hombre se levantó sin mucho ánimo. Al escuchar el grito del impertinente animal, lo tomó por el cuello y lo tiró al retrete que tapó inmediatamente.
Para relajarse un poco se puso a ver fútbol. Tan entretenido estaba el partido que se olvidó de la presencia del animal en el inodoro. Siente que se le mueve el vientre así que aprovecha el entretiempo para ir a hacer su necesidad al baño. Levanta la tapa y se sienta de una, así que el animalito al mirar hacia arriba grita: «Uy calvo! ¡estrenas peinado! ¡te mandaste a hacer la raya en el centro!