Chistes de animales

El león atrevido

Corriendo el niño le dice al papá que lee tranquilamente el periódico en la sala:
-Papá! ¡un león se metió a la habitación de mi mamá!
El papá sin inmutarse le dice al hijo:
-No te preocupes hijo, ¡Los leones saben como defenderse!

¿De quién es la vaca?

El abogado camina con su esposa por la acera. En contra mano viene un campesino que al reconocerlo le dice:
-Doctorcito, ¿cómo vamos con el asunto de la vaca?
El abogado le dice para calmarlo:
-¡No se preocupe que esa vaca es suya señor!
El campesino se va contento por lo que le acaba de decir el abogado. Metros más adelante, por la misma calle, ahora viene la otra persona con la que el campesino disputa la pertenencia de la vaca. También le pregunta al abogado:
-Doctorcito, ¿qué pasó con el asunto de la vaca? ¿será que si ganamos el caso?
El abogado en tono seguro le dice:
-¡No se preocupe amigo que esa vaca es suya!
Este segundo hombre también se aleja muy feliz pero ahora, la que ha quedado preocupada es la esposa del abogado que le pregunta por qué les atribuyó a los dos la pertenencia de la vaca, así que el abogado le explica a su esposa:
-Tranquila mujer, que la vaca no es del primero ni la vaca es del segundo… ¡la vaca es nuestra!

El chiste del ratón de oro

Un señor fue a una tienda en un barrio chino y vio que están vendiendo un ratón de oro. La curiosidad lo asota así que pregunta:
-¿Y ese ratón de oro para qué es?
El chino que atiende le aclara:
-Eso es de una leyenda antigua y la historia es muy larga. Si lo compra hay que comprar también la historia.
El hombre hace caso omiso y solo compra el ratón dejando de lado la historia del misterio que rodea aquel roedor de oro.
Al salir de la tienda se da cuenta que muchos ratones empiezan a perseguirlo, maneja por la autopista y al llegar a su casa, ésta se llenó rápidamente de ratones. Preocupado, el tipo salió a caminar, seguido por todos los ratones que no paran de perseguirlo así que busca la playa y tira el ratón de oro al mar, los ratones se lanzan también al océano muriendo todos ahogados.
Dos horas más tarde el hombre entra de nuevo a la tienda del barrio chino, el hombre que lo atendió le pregunta:
-¿Vino por la historia, no?
-No. ¡Vine a ver si tiene un abogado de oro!

Ponerse repelente

-¡Qué molestia estos mosquitos!
-Ponte repelente.
-Madre mía, ¡qué ingente cantidad de dípteros nematóceros!

La cigarra viuda

Dos cigarras se encuentran, una le pregunta a la otra:
-Mija, ¿y qué pasó con tu esposo que no lo volví a ver?
-¡Se lo fumaron hace un mes!

Arroz de lata

Entró a un restaurante chino con mucha hambre. El mesero le recomienda:
-Honolable homble tenel hamble, come aloz con lata!
El hambriento cliente piensa:
-«No sabía que había arroz enlatado, pero con el hambre que tengo lo voy a ordenar».
Ordena el cliente el arroz. A la media hora, luego de haberse senado su arroz le dice al mesero chino:
-Mire, no le noté nada raro a su arroz enlatado.
-No. Arroz con lata no sel enlatado. Sel mezclado con calne de animalito que mama de los latones, «lata»

Elefantes azules

-Doctor doctor tengo un problema, ¡veo elefantes azules por todas partes.
-¿Ha visto ya a un psicólogo?
-No, ¡solo elefantes azules!