
Cómo incentivar a un hijo a comer (versión antigua)

-Mamá ¿soy Feo?
-¡Te dije que cuando estemos en la calle no me digas Mamá, no me hagas pasar vergüenzas!
-Hijo, ¿por qué llegaste borracho anoche?
-¡Yo solo estaba obedeciéndote!
-¿Obedeciéndome? ¿cómo así?
-Si. Tú me dijiste: «embriágate bien»
-¡Idiota! te dije: «abrígate bien!»
-Mamá, ¡no encuentro palabras para expresarte todo lo que te amo!
-Ah que voy… ¡y las encuentro!
La hija con cara de preocupación le dice a su madre:
-Mamá, ¡te tengo una mala noticia!
-¿Qué pasa hija?
-Madre, ¡estoy embarazada!
-¡Oh Dios mío! ¡qué es esto que acabo de oír! ¡y nosotros, que nos hemos esforzado por darle a esta muchacha una educación cristiana! ¡que no escatimamos esfuerzo por ser de ejemplo para ella! ¡y qué noticia tan horrible acabo de oír!
-Mamá, mentiras, ¡era una broma!
-….¿una broma? .. ¡Uy mamita!
`¡pero es que usted con esa barriga de camionero que tiene engaña a cualquiera!
Decía la recién casada:
¡No estoy preparada para ser mamá! ¡aún no tengo puntería con la chancleta!
La mamá de aquel bebé era bastante desafinada al cantar. Aquella noche el bebé no paraba de llorar así que la atribulada madre le dice al papá de la criatura:
-Mi amor, ¿qué dices? ¿le canto una canción de cuna?
A lo que el comprensivo padre responde:
-¡No por favor! ¡inténtalo primero por las buenas!
La madre le pregunta a su hijo:
-Hijo, tu que estudias filosofía dime: ¿quién era la esposa de Zeus?
-Hera, mamá.
-¿Por qué? ¿Se separaron? ¡Mínimo por culpa de la moza!