-Una vez conocí a un hombre que vivía con el salario mínimo y tenía de mascota a un unicornio rosado.
-¡No seas mentiroso que nadie vive con el salario mínimo!
-Una vez conocí a un hombre que vivía con el salario mínimo y tenía de mascota a un unicornio rosado.
-¡No seas mentiroso que nadie vive con el salario mínimo!