-Una vez conocí a un hombre que vivía con el salario mínimo y tenía de mascota a un unicornio rosado.
-¡No seas mentiroso que nadie vive con el salario mínimo!
Jefe, súbame el sueldo
-Jefe, ¿Por qué no me sube el sueldo?
–¡No sea descarado! ¡Baje por el!