
Pablo Remalas y su zona de confort


Pablo Remalas entra a urgencias del hospital con un hacha clavada en la cabeza, a hurtadillas caminando adolorido y sangrante llega hasta donde está el médico de turno que le pregunta:
-¿Le pasa algo amigo?
A lo que Pablo contesta:
–¡Me duele la cabeza! ¡Me siento mal!
El médico añade tranquilo:
–Eso es que le va a dar gripa.
Camina por la calle Pablo Remalas, como siempre un tanto distraído lamentándose por su precaria vida, sin darse cuenta al pasar la calle es embestido por un auto que lo arrolla de manera muy dolorosa. La conductora detiene el auto y asomando la cabeza por la ventanilla le pregunta a Pablo que yace en el suelo sangrante y adolorido…
-Señor, ¿Quedó bien?
–¿Por qué señora? ¿Es que piensa dar reversa?
Pablo vendía empanadas. Un amigo se lo encuentra y le pregunta…
–Pablo, ¿cómo le fue?
–¡Me llené!
–Wow! ¿se hizo rico vendiendo las empanadas?
–No. ¡No vendí ni una sola y me tocó tragármelas todas a mí!
En plena vía pública Pablo Remalas pide limosna.
Un amigo al reconocerlo le pregunta preocupado…
-Pablo, ¿por qué está pidiendo limosna? ¿Qué pasó con su fábrica de vasos irrompibles?
–Se quebró!
–Uy! ¡Entonces no eran irrompibles!
Golpean a la puerta de la casa de Pablo Remalas… ¡Toc, toc!
-¿Quién es?
-Santa
-¿Santa!? ¿Me llegó la navidad?
-Santa-ander, Banco Santander, ¡venimos a embargarlo!
Se va a suicidar Pablo Remalas. Se va a lanzar de un puente sobre un río. Tiene una roca amarrada al cuello. Justo antes de lanzarse ve a un pobre hombre al que le faltan los dos brazos que viene entrando al puente bailando mientras camina. Pablo recapacita. Piensa para si: “Yo, lleno de vida, con mis dos brazos y me quiero quitar la vida y miren a ese hombre que viene allí, sin brazos y bailando de alegría.
Se suelta la roca del cuello, detiene al “bailarín” y le dice:
-Oiga, ¡Usted ha sido un ejemplo para mi! Yo me quería quitar la vida pero al verlo a usted, que no tiene brazos y aún así baila de alegría he decidido seguir viviendo.
El hombre entonces le responde a Pablo:
-No señor, yo no estoy bailando de alegría. ¡Es una desgraciada pulga que me está picando entre las nalgas y no encuentro como rascarme!
Decía el torero Pablo Remalas:
-¡Creo que mi mujer me engaña!
-¿Por qué dices eso Pablo?
-Porque cuando entro a matar todos me gritan: “¿No te da vergüenza hacerle eso a uno de los tuyos?”
Siempre iba a la iglesia Pablo Remalas para ver si Dios se apiadaba de él y le quitaba la mala suerte. Solo que al salir de la iglesia siempre pasaba una paloma y lo poposeaba justo en la frente. No había día ni misa en que una paloma no lo ensuciara con su popó.
Un día justo saliendo de la iglesia se sucede un terremoto y le cae una piedra en la cabeza a Pablo que sobándose mira para arriba y pregunta:
-¡Dios mío! ¡¿Qué fue lo que comió esa paloma?!
Pablo Remalas se ha quebrado económicamente luego de hacer varios malos negocios. Todos sus amigos lo han abandonado. Con cara triste y tono bajo le dice a su esposa casi a punto de romper en llanto…
-Bueno, ¡creo que, solo nos tenemos el uno al otro!
A lo que responde su esposa:
-¡A mí no me metas!