Benito viene por la calle con su gato. La vecina, queriendo saber cuán peligroso era el animal le pregunta al niño:
-¿Araña?
A lo que el niño responde:
-Araña no vieja tonta… ¡gato!
No necesita libreto
-Ya vengo, ¡voy a hacer del cuerpo!
-Tanainas ¿llevas papel?
-No, ¡yo lo hago de memoria!