Un caníbal a otro:
-¿Qué tal está tu esposa?
-¡Un poco dura y sin sabor!
No hay que dudar de la fidelidad
-Dudaba de tu lealtad, pero con lo que has hecho hoy te has ganado mi respeto y mi fidelidad. ¡Unidos por la eternidad!
-¡Ramiro! ¡No acaricies al perro que mordió a mi mamá!