Un grupo armado secuestran a un borracho creyéndolo un millonario. El borracho se niega a decir quien es (parece que ni eso recuerda) así que deciden meterle la cabeza a una caneca llena de agua y sacarlo cada tanto para torturarlo hasta que hable:
-Díganos, ¿Quién es usted?
-Díganme ustedes. Acaso, ¿No me están bautizando?
Preguntar por los ladrones
Entrando a la comisaría el borracho le dice al comandante encargado:
-Quisiera ver a los dos ladrones que están detenidos aquí por haberse metido a robar a mi casa la otra noche.
-¿Para qué quiere verlos? -pregunta el oficial de la ley-
-¡Es que quiero que saber cómo entraron sin despertar a mi mujer!






