El coeficiente de un abogado

-¿A qué juegas con tu suegra?
-A que yo lanzo objetos a las piscina y ella los busca.
-¿Y esa tostadora conectada que hace ahí?
-¡Cállate y espera a que se lance!

-Pero querida esposa, ¡le mandé flores a tu mamá como me pediste!
-¡Si pero en una corona!
-¡Ah! ¡pero le mandé!

Decía el yerno:
Mi suegra solo tiene un defecto… ¡respira!

-Cariño, invité a mis padres a cenar, no te importa, ¿verdad?
-Para nada, pásala bien. ¡No llegues muy tarde por favor!

-Me gusta cuando callas, ¡porque estás como ausente!
-¡Raúl! ¡ten un poco de respeto en el funeral tu suegra!

-Yerno, en este espejo me veo más joven.
-Claro suegra, ¡no ve que es un espejo retrovisor!

-Mijo, ¡mi mamá se rodó por las escaleras y casi se mata!
-¡Esa costumbre de su mamá de no terminar lo que comienza!

-¡Qué fea la Gárgola de esa fachada!
-Javier, ¿porque cuando mi mamá sale al balcón a despedirnos echas el mismo chiste?

El médico regaña al hombre:
—Pero ¿Qué le ha hecho a su suegra?
-Lo que usted me dijo doctor: Dardos tranquilizantes.
—¡NO! Yo le dije: “dar dos tranquilizantes” ¡separado!