Que había una vez un tomate que se enamoró perdidamente de una cebolla cabezona. Su amor fue creciendo hasta el punto que se casaron. Como en todas las parejas, al poco tiempo tuvieron un hijo. …Pero les nació “guiso»
A mi no me metas en esto
-Mamá, ¿recuerdas que tú me ayudabas a hacer las tareas?
-Si.
-¿Y las carteleras?
-Si.
-¿Los mapas, los experimentos y ejercicios?
-¿Si por qué?
-Cucha, ¡nos tiramos el año!