En navidad, el pobre pordiosero pide comida de puerta en puerta. Al golpear en la última del barrio la señora abre y le dice el necesitado hombre:
-Señora por favor, ¿podría darme algo de comer? ¡por favor! ¡que no sea ni natilla ni buñuelo que ya me tienen hasta aquí!
Adivina…
¿En qué se parece la cerca de la finca al tamal navideño?
-En qué la cerca tiene alambre y el tamal… de-tiene al hambre!






