Una mujer terca, voluntariosa, inaguantable le dice al mesero:
-¡Mesero! ¡Le dije que me trajera un café y lo que me trajo fue un té!
-No señora, pruébelo, yo le traje un café como usted me lo pidió.
-Bueno, ¡Entonces mejor tráigame un té!
El negocio…
-Mamá vendí al perrito en 10 mil dólares.
-¿Y quién te lo compró tan caro?
-Rumualdo. ¡Me dio un sapo de 6 mil y una araña de 4 mil!






