La anciana, como cosa rara, ha asistido a un concierto de Heave Metal, las canciones de rock pesado suenan y la viejita no para de mover la cabeza al ritmo estridente de la música. De pronto empieza a gritar en medio de la multitud de personas grandes y jóvenes:
-¡Prendan la luz! ¡prendan la luz!
Es tanta la gritería que detienen el concierto. El fortachón que está al lado de la anciana le pregunta extrañado:
-¿Qué pasa anciana? ¿por qué quiere que prendamos la luz?
-¡Porque se me ha caído el chicle!
-¿Y porque se la cae el chicle vamos a prender la luz?
-Si, ¡es que con el chicle iba pegada la caja de dientes!
¿Las deudas te quitan el sueño?
No paraba de dar vueltas en la cama aquel hombre. A las cuatro de la mañana su esposa no aguanta más y le pregunta enojada:
-¿Qué te pasa? ¡No puedo dormir sintiéndote dar vueltas en la cama toda la noche!
-Es que le debo medio millón de pesos al vecino, ¡mañana se los tengo que pagar y no sé como!
La mujer, sin pensarlo dos veces, se para, va hasta la ventana, la abre y grita a hacia la casa de al lado:
-¡Oiga vecino! ¡Sepa que mi esposo no tiene con qué pagarle el medio millón de pesos que le debe!
Se dirige nuevamente a la cama y le dice a su esposo:
-¡Ahora sí! ¡duérmete! ¡que ahora el que no podrá dormir es él!