Todos los días el bobo tanainas entraba a preguntar a la tienda:
-¿Señor tiene cigarrillos sueltos? (o sea por unidad)
Muy respetuoso el tendero le aclaraba a tanainas que no, pero el bobo todos los días acudía a la tienda a hacer la misma pregunta:
-Señor, ¿será que hoy si tiene cigarrillos sueltos?
Como el tendero ya estaba cansado de la misma pregunta todos los días, decide destapar un paquete y venderle por unidad. Aquel día desde la puerta el bobo vuelve a preguntar:
-Señor, ¿tiene cigarrillos sueltos?
El tendero le pone los cigarrillos por unidad desparramados en la vitrina y le dice:
-Si hay Tanainas, ¿cuántos quiere?
A lo que el bobo responde:
-¡Me hace el favor y me vende veinte!