La anciana le pregunta a su hija por el lugar en el que en este final de año pasarán vacaciones con su familia. La hija le comenta:
-Mamá aún no sabemos a dónde iremos. No nos hemos puesto de acuerdo con mi esposo y los chicos, pero creo que nos inclinamos por un lugar solitario, silencioso y donde casi nunca hayan visitantes.
La abuela responde:
-¡Ah bueno hija! Pues entonces, ¡Vénganse para mi casa!
El sin valor…
-¡No valgo nada!
-Pablo si crees que no vales nada estás equivocado.
-¡Gracias por darme valor!
-¡Tus órganos valen mucho en el mercado negro!