La suegra tenía tres yernos que parecían quererla mucho. Un día sale a caminar por el barrio donde había un hermoso lago un tanto resbaladizo en sus bordes y profundo en el centro. La acompaña el menor de los yernos quién al ver que la señora se ha resbalado y ha caído al pozo no duda en lanzarse a salvar la vida de su suegra aún a riesgo de la propia. Al día siguiente el muchacho encuentra una camioneta nueva con una inscripción en el parabrisas que decía: “Qué lindo detalle, aquí tienes esto de parte de tu suegra”.
Una semana más tarde la señora camina con otro de sus yernos por el mismo peligroso lugar y vuelve a resbalarse, el muchacho sin dudarlo y copiando la actitud de su hermano se lanza inmediatamente a rescatar a la señora. Al día siguiente, así como lo había hecho la primera vez, el muchacho encuentra una camioneta estacionada frente a su casa con la inscripción: “¡Qué lindo detalle! Aquí tienes esto de parte de tu suegra”.
Parece que la señora no aprende de sus accidentes pasados, pues una semana más tarde camina con el mayor de sus yernos por el mismo lugar, se resbala y cae al lago; pero a diferencia de sus hermanos el hombre se tira al piso a patalear de risa mientras ve como la señora se ahoga.
Al día siguiente el hombre encuentra una camioneta último modelo frente a su casa con la inscripción: “¡Qué lindo detalle! Aquí tienes esto de parte de tu suegro”.