Se mandó a embolar (embetunar, brillar, limpiar) los zapatos. El embolador (bolero) al verle los zapatos rotos le dice:
-Disculpe, ¿Usted quiere que le embole los zapatos o le corte las uñas?
Seriecito
-Doctor. ¿Es muy serio?
-Si. ¡Pero después del segundo trago ya me pongo a echar chistes y a cantar karaoke!






