Un cerdo y unas gallinas van pasando por una calle frente a una iglesia cuando ven un letrero que decía:
«Desayunos de huevos y jamón pro-misioneros».
La gallina le dice al cerdo:
-Mira, ahora desayunaremos muy bien y a al mismo tiempo estaremos cooperando con las misiones. ¿Ya ves? De esa manera estaremos yendo a la obra misionera nosotros mismos!
El cerdo, medio perturbado, le contesta:
-Sí. Pero ustedes salen ganando en este asunto porque sólo tienen que dar una ofrenda, ¡Pero yo tengo que sacrificarme!
Amistad hasta la muerte
El campesino pasa por el establo y ve que su caballo está bajo de ánimo para trabajar y seguir viviendo, de hecho, ya lleva varios días así. El campesino cansado de esta situación le dice a su esposa:
-¡Si este caballo no levanta ánimo y sigue así de desganado lo vamos a matar y vendemos la carne al circo para que coman los leones!
El caballo está tan desmotivado para vivir que parece no importarle, pero su amigo el cerdo, que siempre ha sido muy optimista, (de hecho daba seminarios de coaching y actitud positiva a todos los animales de la granja) empieza motivar al caballo a todo momento. No para de hablarle de llenarlo de ganas de vivir, de mostrarle lo bella que el a vida hasta que luego de mucho esfuerzo por fin logra levantar el ánimo del equino que se levanta el lunes dispuesto a trabajar con buen ánimo. El granjero al verlo así le dice a su esposa:
-¡Mira mija! ¡Qué bueno que el caballo ya levantó el ánimo! ¡Ya no necesitamos matarlo! ¡Hagamos una comida y matemos al cerdo para celebrar!








