Siempre iba a la iglesia Pablo Remalas para ver si Dios se apiadaba de él y le quitaba la mala suerte. Solo que al salir de la iglesia siempre pasaba una paloma y lo poposeaba justo en la frente. No había día ni misa en que una paloma no lo ensuciara con su popó.
Un día justo saliendo de la iglesia se sucede un terremoto y le cae una piedra en la cabeza a Pablo que sobándose mira para arriba y pregunta:
-¡Dios mío! ¡¿Qué fue lo que comió esa paloma?!
Un abogado llegando al cielo
Cosa rara. Llegó un abogado a las puertas del cielo. San Pedro lo recibe en la puerta y nota la actitud inquisitiva del abogado.
-¿Quién eres?
-Y tú, ¿Quién eres para preguntarme?
-Soy San Pedro, la mano derecha de Dios en este lugar.
-¿Ah si? ¿Tienes contrato de trabajo?
San Pedro se queda pensando y decide llamar a Jesús
-¡Espera! Jesús ven, el de afuera me pide contrato de trabajo.
Jesús sale a la puerta y pregunta:
-¿Quién es?
-¡No sé, solo sé que es un abogado!
Se presenta Jesús ante el abogado quien le pregunta displicente:
–¿Usted quién es?
–Soy Jesús el hijo de Dios.
-¿Hijo de Dios? ¿Y en dónde está la partida de nacimiento?
Jesús duda un rato y decide preguntarle a María desde la puerta:
-¡María! ven un momento a atender a este abogado que hace preguntas aquí en la puerta del cielo!
Sale María y el abogado vuelve a preguntar:
-Y tú, ¿Quién eres mujer?
-Soy María, la madre de la naturaleza humana de Jesús.
-¿Ah si? Muéstrame el acta de matrimonio con Dios,
María duda un rato y decide llamar a Dios.
-Dios, ven a ver al abogado que está en la puerta!
Sale Dios y pregunta:
-¿Qué quieres?
-¡Entrar! ¿Y tú? ¿Quién eres?
-Soy Dios, el dueño de todo esto.
–¿Ah si? Y ¿Tienes el contrato de compra y venta?







