Bastante afanado llegó el hombre a la cabina de sonido del estadio que estaba atiborrado de hinchas -Señor!- le imploro al encargado del sonido general del estadio:
-¡Es que perdí a mi esposa en medio de la multitud! ¡Por favor! ¡Présteme el micrófono para que ella me oiga a través de los alto parlantes del estadio!
Al ver la desesperación del atribulado marido el ingeniero de sonido accede para que este solitario marido le hable a su esposa a través de los altavoces que amplifican la voz a los cincuenta mil hinchas presentes. El hombre toma el micrófono y canta:
-¡LIBREEE!! ¡COMO EL SOL CUANDO AMANECE YO SOY LIBREEE!!
La gorra…
Benito le pregunta al señor que siempre aparece a medio día en su casa:
-Señor, ¿Que hizo la gorra?
-¿La gorra? ¡no te entiendo Benito!
-Si. Es que mi mamá siempre que usted llega dice: «¡Ahí llegó ese tipo otra vez a comer de gorra!«