El camionero estaba muy enamorado de una muchacha del pueblo que por más que había intentado conquistar aún no había logrado hacerla su novia. Aquella noche la recogió a la salida del pueblo y conforme avanzaron por la carretera él empezó a insistirle en que aceptara su propuesta romántica. La chica estuvo renuente al comienzo del recorrido pero la capacidad de convencimiento del tipo hace que finalmente ella acceda a ser su novia. Obviamente lo primero que el novio pide es un beso. La chica le responde:
-Bueno un beso, pero aquí en la cabina no que todo mundo nos ve.
-Pues si no es aquí en la cabina nos tocará debajo del camión.
-Pues vámonos debajo del camión y allá me das el primer besito.
Se bajan del camión se meten debajo, allí el camionero no solo le da uno, sino mucho besos. La muchacha se emociona y le dice:
-!Ay yo no sabía que eras así de amoroso! ¡Ya estoy viendo las estrellas!
A lo que el conductor dice asustado:
-¡Bruta! ¡Me robaron el camión!
Ancina…
No hacía más que llamar a su compañero «Ancina» así que le preguntaron al bobo Tanainas por qué lo hacía.
-Porque le pregunté a la mamá: «¿Cómo se llama su hijo?» y ella respondió: «¡Se llama Felipe y Ancina quiero que le digan!»