Muy hambriento el hombre le recrimina a la mujer luego de haber comido lo que esta tenía sobre la estufa:
-Mija, ¡Ese mondongo que cocinaste hoy no sabía a nada!
-¡Te comiste los chupos (mamilas) del bebé que los puse a hervir!
El pordiosero generoso
GayoTapao está pidiendo limosna así empieza su año laboral. En el piso tiene un letrero: “soy ciego”.
Pasa un tipo y le tira una moneda que cae al piso, GayoTapao la recoge y la echa en el tarrito. El tipo dándose cuenta le recrimina:
-¡Ajá!, ¡tu no eres ciego, eres un ladrón!
–No señor, ¡lo que pasa es que el ciego no pudo venir hoy y lo estoy reemplazando!
–¿Y usted quién es?
–¡El mudo de la otra cuadra!