El padre moribundo, agonizando en la cama, entre sollozos le dice a su hijo:
-Todo lo que ves, querido hijo, ¡un día será tuyo!
-Pero papá ¡esos son los papeles de la hipoteca!
-Lo siento hijo, ¡esto es Colombia!
Ancina…
No hacía más que llamar a su compañero «Ancina» así que le preguntaron al bobo Tanainas por qué lo hacía.
-Porque le pregunté a la mamá: «¿Cómo se llama su hijo?» y ella respondió: «¡Se llama Felipe y Ancina quiero que le digan!»