Dos «amigas» que se saludan solo por hipocresía y que no descuidan oportunidad para lanzarse indirectas en cada conversación se encuentran:
-¡Hola querida! ¿Cómo estás?
-¡Bien mi amor! ¡muy bien! ¡acabo de llegar de Londres!
Al escuchar aquellO la interlocutora siente morirse de envidia, piensa por un momento y le dice:
-¿Londres? ¡Oye qué bien! Y cuéntame, ¿son muy difíciles de fregar los pisos por allá?
Cómo matar al protagonista
Un escritor de libros conocido por su mala reputación le dice a su sincero amigo:
-Estoy atorado en el quinto acto, no sé como matar al protagonista.
-Fácil. ¡Léele los cuatro anteriores actos y lo matas de aburrimiento!