El abogado camina con su esposa por la acera. En contra mano viene un campesino que al reconocerlo le dice:
-Doctorcito, ¿cómo vamos con el asunto de la vaca?
El abogado le dice para calmarlo:
-¡No se preocupe que esa vaca es suya señor!
El campesino se va contento por lo que le acaba de decir el abogado. Metros más adelante, por la misma calle, ahora viene la otra persona con la que el campesino disputa la pertenencia de la vaca. También le pregunta al abogado:
-Doctorcito, ¿qué pasó con el asunto de la vaca? ¿será que si ganamos el caso?
El abogado en tono seguro le dice:
-¡No se preocupe amigo que esa vaca es suya!
Este segundo hombre también se aleja muy feliz pero ahora, la que ha quedado preocupada es la esposa del abogado que le pregunta por qué les atribuyó a los dos la pertenencia de la vaca, así que el abogado le explica a su esposa:
-Tranquila mujer, que la vaca no es del primero ni la vaca es del segundo… ¡la vaca es nuestra!
Los regalos a los tres yernos
La suegra tenía tres yernos que parecían quererla mucho. Un día sale a caminar por el barrio donde había un hermoso lago un tanto resbaladizo en sus bordes y profundo en el centro. La acompaña el menor de los yernos quién al ver que la señora se ha resbalado y ha caído al pozo no duda en lanzarse a salvar la vida de su suegra aún a riesgo de la propia. Al día siguiente el muchacho encuentra una camioneta nueva con una inscripción en el parabrisas que decía: “Qué lindo detalle, aquí tienes esto de parte de tu suegra”.
Una semana más tarde la señora camina con otro de sus yernos por el mismo peligroso lugar y vuelve a resbalarse, el muchacho sin dudarlo y copiando la actitud de su hermano se lanza inmediatamente a rescatar a la señora. Al día siguiente, así como lo había hecho la primera vez, el muchacho encuentra una camioneta estacionada frente a su casa con la inscripción: “¡Qué lindo detalle! Aquí tienes esto de parte de tu suegra”.
Parece que la señora no aprende de sus accidentes pasados, pues una semana más tarde camina con el mayor de sus yernos por el mismo lugar, se resbala y cae al lago; pero a diferencia de sus hermanos el hombre se tira al piso a patalear de risa mientras ve como la señora se ahoga.
Al día siguiente el hombre encuentra una camioneta último modelo frente a su casa con la inscripción: “¡Qué lindo detalle! Aquí tienes esto de parte de tu suegro”.







